EL CINE COMO ARTE
BLOG EDUCATIVO
REALIZAR UNA
PUBLICACION CON EL SIGUIENTE TEMA:
·
EL CINE COMO ARTE. NO OLVIDE INSERTAR IMÁGENES.
El cine como arte
Los
pioneros de la industria y la creación cinematográfica jamás pensaron a finales
del siglo XIX que lo que ellos hacían podía llegar a ser considerado un arte.
La verdad es que la envergadura de lo que se hacía en el mundo del cine muy
pronto comenzó a ofrecer obras que, sin ningún tipo de dudas, iban más allá de
lo que generalmente se podía considerar como producto de consumo.
Es el
teórico italiano, Riccioto Canudo, una persona que se mueve en el mundo del
periodismo y la literatura, el que reconoce en unos de sus textos de 1911 que
el cine debe ser considerado como "Séptimo arte". Este rasgo amplía
notablemente la perspectiva de acercamiento a las películas que se producen en
todo el mundo. Ya no se trata sólo de productos para un consumo masivo, sino
que el espectador debe asumir que además de pasar un rato agradable y de mero
entretenimiento en la sala de cine, también se va a encontrar con otras obras
que merecen una contemplación más apasionada que, por su interés y calidad
artística, va a derivar, inevitablemente, en una reflexión sobre lo contemplado.
Desde
que Louis Delluc -escritor, periodista, crítico y director francés- impulsa los
primeros encuentros cinematográficos en espacios que denomina
"cine-clubs", se abre una nueva vía de contemplación para lo que está
haciendo la industria y que tiene que ver con aquellos que piensan en el cine
como vehículo cultural. Las primeras revistas de análisis, las reflexiones en
torno al mundo del cine van un poco más allá de los textos históricos y
atienden especialmente a los contenidos visuales, el lenguaje y las
aportaciones artísticas implícitas en la narración que se contempla.
Son
numerosas las películas que entran en la denominación de "obra
artística". A lo largo de la Historia han sido numerosas las listas con
las consideradas "mejores películas". Cabe decir que entre otros
mucho títulos se encuentran obras como El acorazado Potemkin (Bronenosez
Potemkin, 1925), de Sergei M. Eisenstein, Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941),
de Orson Welles, Centauros del desierto (The searchers, 1956), de John Ford,
2001: una odisea del espacio (2001: a space odyssey, 1968) , de Stanley
Kubrick, El padrino (The godfather, 1974), de Francis Ford Coppola, y Fanny y
Alexander (1982), de Ingmar Bergman. Es evidente que, salvo casos
excepcionales, las películas más artísticas se encuentran en épocas en las que
el espectador acudió a la sala buscando la emoción e intensidad que proporciona
el relato bien elaborado, algo que ofrecía la industria con más continuidad
frente a lo que proporcionó a partir de mediados de los años setenta.
Comentarios
Publicar un comentario